Los conejos, debido a su condición de presa, cesan su actividad: no comen y pueden llegar a mostrar anórexia, están quietos, no se acicalan ni comen sus cecotrofos, mostrando muy poco interés en su entorno. Apenas se moverán y estarán recogidos en algún rincón de la jaula.
Al ser presa de otros animales, el conejo no nos muestra claramente sus reacciones al dolor por lo que los problemas pueden que pasen desapercibidos ante nuestros ojos. Esta reacción tambien se dá en otros roedores y pequeños mamíferos, que por naturaleza también son presas para los depredadores.
Si sospechamos que nuestro conejo puede estar enfermo lo más recomendable es que lo llevemos a nuestro veterinario para que lo examine y así salir de dudas.
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